Energía


Limpieza de primavera 
Eliminando los obstáculos para el fluir de la energía 

Vivimos rodeados de energía en constante movimiento, nosotros mismos generamos energía y la captamos de otras personas y del entorno. Todo este intercambio de energía y constante fluir de ésta afecta nuestros comportamientos, nuestros estados de ánimo y, en definitiva, nuestras vidas.

Cuanto más armoniosamente discurra este flujo de energía, mejor nos sentiremos, inmersos en un entorno libre de bloqueos o torbellinos energéticos. En cambio, si algo o alguien provoca que la energía se estanque o que circule excesivamente rápido, podemos vernos afectados negativamente.

En este artículo vamos a enfocarnos en los bloqueos; la energía que no fluye adecuadamente y se estanca puede provocarnos cansancio, apatía, o incluso hacer que nuestra vida se estanque también, que algún área no se desarrolle adecuadamente, en otras palabras, la energía bloqueada nos paraliza.

Para evitar que esto ocurra, lo primero que tendremos que hacer es reconocer los obstáculos que dificultan el fluir armonioso de la energía, identificar los focos del bloqueo para, posteriormente, eliminarlos y con ellos el problema. ¿Pero cómo reconocer estos obstáculos? Es más fácil de lo que piensas; cualquier amontonamiento de objetos que no usamos, que no nos gustan o para los que no tenemos espacio y que andamos colocando aquí o allí sin decidirnos a librarnos de ello, provoca un estancamiento de energía. Desprendernos de esos objetos es la mejor forma de permitir que la energía siga circulando.

Dicho así parece sencillo, pero la tendencia de los seres humanos al apego dificulta la labor de desprenderse de ciertos objetos, ya sea por motivos sentimentales, por la esperanza de un uso futuro, por ansia acumulativa o por simple pereza. Ahora que llega la primavera tenemos una oportunidad fantástica para trabajar el flujo de energía a través del desprendimiento. La limpieza de primavera es una práctica ideal para deshacernos de lo que estorba en nuestra vida y hacer sitio a nuevas experiencias, gente y elementos frescos que nos proporcionen energía renovada, pura y armoniosa.

Por dónde empezar 

Si al principio te cuesta decidir por dónde empezar, puedes hacerlo por el área de tu vida que necesite más atención. Si la salud es tu punto débil en este momento, lo mejor sería empezar por la cocina; ten en cuenta que el estado de la cocina refleja el estado de tu salud. Así que revisa el frigorífico y deshazte de todos los alimentos que no sean adecuados para ti, abre los armarios y despréndete de los aparatos y utensilios que no te sirvan, límpialos por dentro y por fuera, y recoloca de forma ordenada y lógica los que sí te sirven. Tu salud te lo agradecerá.

Si buscas mejorar tu vida amorosa, tendrías que empezar por el dormitorio; abre el armario ropero y deshazte de todas las prendas que ya no te valgan o que no te gusten, y reorganiza el armario haciendo sitio para esa persona que quieres que entre en tu vida. Airea el dormitorio y límpialo con cariño, cambia los colores por otros más alegres e inspiradores para la llegada de la primavera, y no olvides despejar el espacio debajo de la cama y a ambos lados (recuerda que si hay obstáculos junto a o debajo de la cama, la energía no podrá circular adecuadamente)

Si te preocupan sobre todo los temas económicos, quizá deberías empezar tu limpieza de primavera por el cuarto de baño. Límpialo con alegría, usando olores frescos y agradables, coloca toallas de buena calidad y colores que te hagan sentir positivo y alegre, y añade notas de color aquí y allá para embellecer el baño y animar la energía. Es importante que te deshagas de todos los productos que no has usado en los últimos meses, limpies los armarios también por dentro y recoloques lo que sí usas de forma más holgada y armoniosa.

Manos a la obra 

La limpieza de primavera se puede convertir en un arduo y tedioso trabajo que acabe dejándonos agotados y faltos de energía, o en una tarea divertida y gratificante que nos proporcione un entorno más armonioso y energético. Para evitar lo primero y conseguir lo segundo, te propongo unos pasos sencillos para realizar tu limpieza de energías.

1. Prepárate física y mentalmente

Además de la obvia preparación física, es importante prepararse mentalmente y traer energía positiva a la labor, disponerse a la tarea con alegría en lugar de hacerlo sin ganas y quejándose; por mucho que limpies y ordenes, si lo haces a disgusto no estarás más que impregnando los espacios de energía negativa y el trabajo, que será meramente físico, no habrá servido de nada, al menos en cuanto a la energía se refiere. Así pues, puedes poner música activa que te guste, olores agradables (van muy bien los que vigorizan el ambiente, como la menta o el limón), incluso puedes usar piedras que te ayuden a elevar la energía (la turmalina negra y la cornalina son buenas elecciones)

2. Enfocar, no dispersar

Elige un área a tratar (la cocina, el baño, el dormitorio, empezando por lo que requiera de más atención en tu vida) y dentro de esa habitación céntrate exclusivamente en una zona más pequeña (ropero, alacena, frigorífico, etc…) Si no lo haces tu energía se dispersará y acabarás extenuado. El enfoque atañe también al tiempo; dispón de 30 minutos para cada sesión (no es recomendable hacer más de tres sesiones en una misma semana) y cíñete a ese tiempo. De esta forma habrás avanzado en la tarea (probablemente más que si le dedicaras todo el día) y no correrás el riesgo de quedarte sin energía. Dedicar tan solo media hora te ayudará a enfocarte, ya que solo tienes ese ratito querrás aprovecharlo, y te dejará con ganas de hacer otra sesión otro día.

3. Identificar y clasificar

Una vez elegida el área y antes de enfrentarte al “amontonamiento” (llámese armario ropero a punto de explotar, frigorífico lleno de alimentos con patas o trastero de los horrores) dispón tres cajas o bolsas cerca de ti con los siguientes rótulos: “sí”, “no”, “no sé”. Como ya habrás imaginado, en la caja del “sí” pondrás los objetos que decides conservar, que de seguro vas a usar y de los que definitivamente no te quieres desprender; en la caja del “no” pondrás lo que claramente no quieres tener en casa, y en la del “no sé” pondrás aquello sobre lo que te cuesta decidir.

Esta última caja es la que te dará la tranquilidad de no tener que tomar decisiones complicadas de momento (tiene que ser divertido, ¿recuerdas?) y te permitirá aclararte sobre lo que sin duda se va o se queda. Ya que solo dispones de media hora, ve cogiendo cada objeto y metiéndolo en su caja correspondiente sin pensarlo dos veces, según la primera impresión, y hazlo sin prisa pero sin pausa. Normalmente la primera impresión es la acertada, además así optimizarás el tiempo y no te estancarás con un objeto con el que no sabes qué hacer durante la media hora (ése iría directo a la caja del “no sé”).

4. El merecido descanso

Incluso cuando la mayoría de los objetos acaben en la caja del “no sé”, habrás hecho un gran trabajo, tendrás una caja llena de cosas que estancaban tu vida y que deberás sacar de la casa lo antes posible, otra caja con cosas que realmente estás dispuesto a conservar y que puedes colocar en su lugar, ahora con más holgura, y otra caja sobre la que tendrás que volver más adelante. Pero eso no es para ahora… ahora toca descansar.

Es fundamental que, después de cada sesión, te dediques a algo que te guste y te relaje, como tomarte un té tranquilamente mientras escuchas tu música favorita, un paseo por la playa o por el bosque, un baño con aceites esenciales… tú eliges.

5. La caja terapéutica

Más adelante tendrás que volver a revisar la caja del “no sé” (tu caja terapéutica, con la que más efectivamente practicarás el desprendimiento) y recolocar las cosas en el “sí” o el “no”. Deberás ser honesto contigo mismo a la hora de decidir si te quedas o dejas ir cada objeto que contiene esa caja, y no tratar de engañarte con el típico “en algún momento podría serme útil”; lo quieres ahora o no lo quieres, o lo que es lo mismo, es algo destinado a ocupar un espacio obstaculizando la energía o es algo que realmente aprecias y usas.

Si la caja se vuelve especialmente complicada, puedes pedir ayuda a algún amigo/a que no esté tan implicado emocionalmente, pero también puedes seguir el siguiente consejo: deja la caja en un sitio donde no estorbe y ponle un plazo; si al cabo de seis meses ya no recuerdas ni qué metiste dentro, sin siquiera abrirla entrégala a la beneficencia o directamente tírala a la basura.

6. ¡Trabajo hecho!

No importa cuántas sesiones necesites para dejar lista la limpieza energética de primavera, pueden ser tres o treinta sesiones, lo importante es que al final tengas la sensación de haber estado eliminando obstáculos y de que ahora la energía circula con fluidez.

Recuerda hacer todo esto con alegría y espíritu positivo, no es una obligación sino una forma divertida de traer energía más feliz y armoniosa a tu hogar. Cuando hayas terminado con tu limpieza de primavera podrás disfrutar de los cambios realizados, pero no olvides mantener tu casa libre de obstáculos y amontonamientos y, de cuando en cuando, volver a revisar los espacios susceptibles de acumulación para evitar que las cosas innecesarias o no queridas se acumulen.

¡Que disfrutes de tu limpieza de primavera!